Hipno es la personificación del sueño y es hijo de Nicte, la noche, y Érebo, personificación de las tinieblas de los infiernos, ambos hijos del Caos. Es a su vez hermano gemelo de Tánatos, la Muerte.
El nacimiento de Hipno está muy cerca del Génesis, según la mitología griega, puesto que la Noche y las Tinieblas (los que serían sus padres) son elementos primordiales. Hipno pertecece así a una familia de conceptos muy abstractos, diferenciados de las divinidades propiamente dichas a las que dio a luz Gea, hija también del Caos.
Por lo tanto Hipno apenas ha pasado la fase de la pura abstracción. Según el autor, se hace de su hogar Lemnos, los mismos Infiernos, o en el país de los cimerios, donde Ovidio hace una detallada descripción de su palacio encantado donde todo duerme.
A petición de Hera, Hipno durmió a Heracles para que la nave de éste fuese arrastrada, y a Zeus para permitir que Poseidón interviniese a favor de los griegos en la guerra de Troya.
Con ayuda de su hermano Tánato, llevó el cuerpo del guerrero Sarpedón desde su muerte en Troya hasta Licia.
También se conoce una historia en la que Hipno, enamorado del pastor Endimión, le concede a éste el don de dormir con los ojos abiertos para poder contemplarlos así durante toda la eternidad.
Simbología: Se le suele representar como un hombre alado (con alas en la espalda o en las sienes) que recorre velozmente la tierra y el mar y aletarga a los demás seres. Toca la frente de los hombres con una ramita o vierte en sus ojos un líquido que lleva en su cuerno. Se dice que tuvo cien hijos, pero sólo se menciona a tres: Morfeo, Iquelo y Fantaso.
Morfeo era el encargado de aparecer en los sueños de los hombres, y su nombre significa forma porque aparecía de mil formas engañosas. Se le representaba como un anciano alado y sumamente silencioso con una adormidera en la mano.
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